Ruiz Zafón y los perros

«Ladran, luego cabalgamos», decía don Quijote a Sancho. Y efectivamente es frecuente que cuando alguien tiene éxito le surjan cientos de amigos, pero especialmente miles de enemigos, y sobre todo millones de críticos. Por eso no me ha sorprendido del todo últimamente encontrar una serie de críticas a Ruíz Zafón, alegando que escribe mal, y en definitiva que es un pésimo escritor. Leí hace un mes la de Arcadi Espada, que ha tenido cierto eco, y hace un par de días, a la zaga de aquella crítica, leí otra de un corrector de estilo que aprovechaba para comentar lo mal que hacen las cosas las editoriales y el poco respeto que se tiene al trabajo de corrector, o como se mete prisa y no importa tanto la calidad. Probablemente tenga razón, aunque si le sirve de consuelo en todos los sectores cuecen habas, y no siempre la calidad es el criterio principal. Pero bueno, a lo que vamos.

Es más que probable que Zafón no reciba nunca el premio nobel, aunque en la historia del nobel hay de todo –Creo que ya es un tópico citar a Echegaray, pero vamos, es que es un buen ejemplo-, pero de ahí a decir que es un mal escritor («pésimo» dice Arcadi) porque comete incorrecciones sintácticas o gramáticas (quien esté libre de pecado, incluidos correctores, que tire la primera piedra), o ponerle a parir porque haya algún que otro desliz argumental o anacronismo en su obra, me parece sacar los pies del tiesto, porque de ser así tendríamos que condenar al ostracismo a la mayor parte de nuestra producción editorial . Así el post de Espada hace espcial sangre de los anacolutos de Zafón. Bueno, teniendo en cuenta que el ejemplo clásico de anacoluto que cita Lázaro Carreter es de nada menos que de Teresa de Jesús, quizá no sea tan grave. Que no se haya documentado todo lo bien que algunos quisieran , es otro tema, porque en la ficción es frecuente que se alteren circunstancias históricas para hacer más interesante un relato, por ello se habla de novela y no de historia, pero bueno, eso también sería otra discusión, porque si analizamos novelas históricas (clásicas y encumbradas) puede que nos sorprendamos bastante. Que sea un escritor de novela juvenil, que he leído como crítica en otros foros, como si eso fuera un estigma, tampoco me parece de recibo, primero porque empezamos a minusvalorar géneros, cosa que es tremenda y absurda, y segundo porque en España hay muy buenos escritores de literatura juvenil y son ellos los que deben merecer todo nuestro respeto, más que otros escritores de adultos, porque son los que se empeñan en hacer lectores, y a mí personalmente me provocan admiración. Y ahí tenemos a Jordi Sierra i Fabra, premio nacional de literatura y candidato al nobel de la literatura juvenil, el premio Andersen. Pero bueno, que vuelvo a salirme del tema.

Creo que quienes de alguna forma queremos o intentamos que la lectura se extienda a mayor número de personas, hacemos un flaco favor a este empeño criticando a autores como Zafón que han conseguido algo importantísimo como es unir cierta calidad literaria con un “bestsellerismo” (perdón por la barbaridad) desconocido hasta ahora en España, todo ello con una buena historia bien narrada que consigue atrapar al lector, porque le hace disfrutar con la lectura (algo que no es fácil de conseguir, o al menos yo no me lo encuentro todos los días). Que dicha historia y dicha novela esté basada en fórmulas que se sabe que funcionan, no desmerece en absoluto, pues si precisamente esas formulas funciona y todo el mundo puede usarlas, lo cierto es que no tenemos una Sombra del viento cada quince días, ¿algo habrá de dificultad y de talento en construir una obra que ha funcionado tan bien?. Y sobre todo que el arte, se basa en motivos y fórmulas, o ¿no es así?

Acostumbrados a ver textos de supuestos grandísimos escritores plagados de barbaridades, o simplemente de obviedades, de diálogos insulsos, de descripciones estúpidas, o de argumentos que ¡válgame dios! …, el que se critique a Zafón por decir que las bombillas son de cristal (no sé si en otro autor, esto sería considerado un pleonasmos de gran fuerza expresiva) me parece que es intentar hacer una división entre los escritores buenos y los escritores malos, identificando a los primeros con los que leen los cultos y los otros con los que lee la gente en el metro (otro día hablaré de que se lee más en el metro que en las bibliotecas). Otro craso error desde mi punto de vista, porque precisamente si realmente existieran esas divisiones (que no existen, o al menos no son tan claras) lo mejor es lanzar puentes, y no quemar las naves. Pero como tenemos tendencia a las islas (o a las torres de marfil), en vez de intentar atraer a miles de lectores para que esa isla se convierta en continente, pues criticamos a Zafón por sus anacolutos, sus inconsistencias argumentales (¡dios mío!, no es el lugar para enumerarlas, pero hay una lista de incongruencias del Quijote, y eso sin mencionar al asno guadianesco que dicen que perdieron los impresores) y decimos que es un pésimo escritor.

El que se diga que lo criticable, como dice Espada, no es que Zafón escriba mal (porque claro, eso da igual) sino que los editores son un desastre, es aprovecharse del cauce del Pisuerga, o sea, salirse por peteneras, porque ¡anda que no podemos hablar de libros de autores vivos pero ya clásicos de nuestro país cuyos textos han salido sin una mínima corrección por motivos varios y diversos!, desde que el autor estaba enfermo y nadie se atrevió a tocar una coma sin consultarle, hasta simplemente que en corrección no es todo blanco ni negro y lo que a ti te parece una incorrección enorme a otro le parece un hallazgo lingüístico inconmensurable. O como decía Lázaro (no Carreter, sino el otro) , “lo que uno no come, otro se pierde por ello”. (Por cierto, que este “ello” habrá corrector que lo eliminaría alegando que es un galicismo, pero claro qué se puede esperar de un pícaro)

Lo cierto es que Zafón, ha conseguido algo que para mí es muy importante, y probablemente sin pretenderlo, unir cierta calidad literaria (evidentemente Zafón no es Cervantes, pero tampoco es Dan Brown, no nos engañemos) con unas ventas de libros prácticamente desconocidas hasta ahora. Creo que La sombra del viento es un libro muy recomendado (desde luego yo lo he recomendado mucho, especialmente a gente que lee poco o nada) porque la mayoría de la gente que lo ha leído ha querido compartir el placer de su lectura con otros, y ahí creo yo que está el verdadero éxito de la Sombra del viento, y no en campañas de márquetin, que no las hubo realmente hasta que el libro empezó a cobrar vida por su cuenta. Y en este sentido hay también un principio de márquetin que dice que cuando algo te gusta se lo cuentas a 10 personas, pero cuanto algo te disgusta se lo cuentas a 100. Evidentemente en el caso de Zafón han podido más los muchísimos que lo han recomendado 10 veces, que lo pocos que lo han criticado 100.

Creo sinceramente que libros como la Sombra del viento, hacen más por la lectura que muchos planes de fomento de la lectura institucionales. Ojalá hubiera más “Zafones” que consiguieran que todos los meses tuviéramos un libro como la Sombra del viento (no sé si el Juego del ángel lo es, porque tengo una lista de lecturas pendientes demasiado enorme por el momento, y no le he echado aún el guante), porque si muchos lectores de esta obra luego han buscado las novelas juveniles de Zafón, es que ha conseguido iniciar una cadena de lecturas que es el paso principal para encadenar lectores. Esto sin negar claro está que hay muchísimas obras mejores en este sentido y que por las circunstancias del azar ( osea miles de factores que desconocemos, y otros pocos que sí conocemos) no conseguirán nunca llegar a tantos lectores. Pero esa también es otra historia, que como diría Michael Ende, debe ser contada en otro momento.

En fin, que con mis respeto a Arcadi Espada y a los que han seguido por esa senda, en cuestión de crítica literaria respeto más la opinión de Ángel Basanta que comenta sobre el Juego del ángel:

«En fin, haciendo gracia de estos pequeños fallos, la diversión está garantizada por una novela entretenida y bien contada, impregnada de literatura y llena de guiños cómplices en una historia que nace de los libros, los que lee con pasión y escribe después el narrador y protagonista, y que acaba en los libros, con el narrador retirado a escribir esta novela en una cabaña cerca del mar y anudando su conexión con otro libro, La Sombra del viento, por medio de la condición de Isabella como madre de Daniel Sempere, narrador y protagonista de La sombra, en cuya página primera se leen motivos y frases que coinciden con otros de El juego

Y por cierto, que quienes frecuentan EL Cultural, están acostumbrados a que muchas críticas de Ricardo Senabre terminen con una recopilación de errores gramaticales, sintácticos, etc. y esto en autores de todo tipo, lo cual no siempre desmerece una buena obra (cuando lo es) y como decía, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero si tenemos que tirar piedras que no sea contra escritores que consiguen hacer lectores, sino contra los otros, los que hacen que se pierdan lectores por insufribles y peñazos. (Esto último dicho con todo el cariño del mundo).

5 comentarios en “Ruiz Zafón y los perros

  1. Yo creo que, envidias y mala leche aparte de típico cuño nacional, el caso de arcadi espada y si odio a zafón son un tema personal. Hace ya años que años que arcadi viene insultando a este señor de una manera tan desmedida, tan grotesca e histriónica a veces, que más de uno nos hemos dado cuenta de que algo le pasa al buen arcadi, algo personal que quizás ni él mismo sepa o quiera reconocer, que le lleva a estar constantemente insultando y vejando a este escritor con un tono histérico que resulta desconcertante. Yo he leído a Zafón y aunque el suyo no es mi estilo preferido de literatura, tengo que decir que me parece un novelista magnífico y con un oficio que tira de espaldas. Me parece que esa necesidad de demonizarle o tratarle de modo condescendiente entre el grupo que se esfuerza en verse a sí mismo como «élite» intelectual dice más sobre el ajuste cultural que finalmente, tras la transición, esta viendo este país y la pérdida de influencia de ese grupo reducido de auto-llamados intelectuales sobre la opinión pública (y la pataleta correspondiente) que sobre su obra. Lo de arcadi, empero, es patológico y a quienes le apreciamos la verdad es que nos duele verle hacer el ridículo de este modo, insultando como una verdulera histérica a este hombre con el que tiene algún tema personal pendiente. A ver si se tranquiliza y se concentra en lo suyo. Un saludo.

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  2. He leído todas las novelas juveniles de Zafón por razones de trabajo, soy profesor de Lengua de enseñanza secundaria, y porque sí: desde siempre me ha gustado la llamada literatura infantil y juvenil (<>Peter Pan<>, <>El principito<>, <>Alicia en el país de las maravillas<> y otras muchas obras maestras de la Literatura. También he leído <>La sombra del viento<>, lo confieso. Es cierto que el autor repite esquemas constructivos sin empacho, pero no más cierto que, pese a sus desaciertos, que los tiene (¿quién no?), es un escritor que cuida la palabra; y no hay tantos. Y la progresión de la historia; aunque sea gracias a determinadas fórmulas que ‘funcionan’. (¿Qué crítica es esa?; qué pasa, ¿preferiríamos que no funcionaran?) Y su prosa esta dotada de un arma de largo alcance: llega. Y eso no lo explica ninguna fórmula. Si no, todos los escritores disfrutaría de su éxito. Y ha creado un mundo personal, un estilo, una atmósfera.En fin. Me apunto a la teoría del puente, que defiendo desde hace años a capa y espada en mi escuela: este autor y otros como él no ofenden a la Literatura mayor, a la que se aproximan con respeto, sino que más bien abren una puerta a otros niveles, a otras alturas, animan a llegar un poco más arriba. Hacen lectores de verdad. Lo cual no está nada mal.Gracias. Bombardear los puentes no tiene sentido.

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  3. El la historia de siempre. Cada vez que un autor tiene éxito sale toda una banda tratando de desprestigiarles, con comentarios repetidos y ya bien aburridos; en lugar de celebrar que gracias a estos autores aumenta la cantidad de lectores. En mi opinión el señor Ruiz Zafón se merece todos los respetos, y si a alguien no le gusta sus obras pues ya sabe, nadie les obliga a leerlas.

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  4. lei la sombra del viento y me parecio un buen libro, si un poco cursi pero lo disfrute. Cuando saque de la biblioteca (gracias a Dios que no lo compre) el del Juego del Angel, me dispuse a disfrutar e invertir mi tiempo y horas de suenio a terminarlo, siempre sedienta de un final coherente, realista, que aunque tenia tintes de sobrenatural no lo era! asi como el otro… pero NO me lleve un fiasco y ahora quiero mi tiempo de vuelta y por lo visto tendre que contactar a Corelli para que me lo devuelva… por lo visto parece que la sombra del viento la escribio Ruiz-Zafon pero el juego del angel parece una jugarreta de Pedro Vidal… jajajaja como si Pedrito le hubiera pagado el favor a David Martin por haberle escrito su libro, con este pero bajo el nombre de Ruiz-Zafon… malisimoooooo, decepcionante, cursi y ridiculo… sobre todo cuando usa forzosamente a la bibliotecaria con la que coquetea como personaje inventado para poder explicar «la filosofia» de su dizque libro de religion… PATETICO. Creo que entendi que el libro encargado por Corelli se lo quedo el al final y lo uso para causar guerra y hambruna en Europa o algo asi? no se… no quiero ni volver a abrir una hoja para hacer el analisis como se debe. que porqueria de libro.

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