¿De verdad tercera edición?

Una forma de valorar el éxito de un libro es ver cuántos ejemplares se han vendido. Como esto no se dice casi nunca (de ahí que la mayoría de los profanos crean que los libros se venden por millares cuando si se venden por centenares ya es para estar contento), es frecuente que un autor o la propia editorial alardee cuando se hace una segunda edición (y sucesivas) de un libro, pero en realidad hablar de segunda edición es casi siempre un error (no siempre malintencionado, si podemos achacarlo a ignorancia), pues de lo que realmente se trata en la mayoría de los casos es de una reimpresión. Por eso cuando en redes sociales veo que alguien habla de segunda, tercera o sucesivas ediciones suelo preguntarle si no se está refiriendo a una reimpresión. Lo curioso es que nunca me contestan.

 

La diferencia es muy importante, cuando hablamos de una nueva edición es porque se han producido cambios sustanciales en el libro, hasta el punto de que en ese caso el libro debe tener un nuevo ISBN. La razón es obvia, se trata de un libro diferente, y el lector debe saberlo. Cuando sencillamente se ha agotado la tirada inicial y es necesario reimprimir ejemplares,  debemos hablar de una reimpresión. Una nueva edición siempre será sinónimo de un libro diferente, aunque sea el mismo como nosotros, los de entonces– , porque incorpora cambios con respecto a la primera edición. Es evidente que el término «edición» hace referencia a un proceso en el que participan diversos profesionales (editores, correctores, etc.) que nada tiene que ver con la impresión, por eso si hablamos de reedición es porque hemos vuelto a realizar parte de ese proceso.

En el caso del libro de Daniel Bernabé (al que pido disculpas por haberle tomado como ejemplo, simplemente por ser el último caso que he visto en Twitter de este uso) la tercera «edición» sin duda es una buena noticia para él y para la editorial (y para los libreros), y es un buen indicador de que el libro se ha vendido bien (otra cosa es saber cuánto, porque las tiradas se han reducido mucho en los últimos años, y más con la impresión digital), pero esa misma alegría se manifestaría igualmente indicando que es una reimpresión, porque el libro no se ha revisado, actualizado ni, por tanto, tiene cambios sustanciales. La prueba de que es así es que no existe un nuevo ISBN para ese libro, pues si consultamos la base de datos de ISBN vemos que para ese título solo hay dos ISBN, uno para la versión en papel y otro para la versión digital en ePub (dado que cada formato diferente de un libro debe tener su propio ISBN, precisamente por lo mismo, para que el lector sepa que se trata de libros distintos, aunque tengan el mismo título y sean obra del mismo autor).

isbn_trampas_diversidad

 

En definitiva, que editoriales y autores sigan hablando de nuevas ediciones cuando en realidad simplemente reimprimen ejemplares porque se ha agotado la tirada inicial es una práctica que deberíamos evitar, ya que induce a confusión y provoca que un concepto fundamental como es el de edición se diluya para los lectores, pues precisamente estos, por desconocer el proceso editorial –cosa que ni editores ni autores deberían hacer– al final acaban asociando que una nueva edición es precisamente una nueva reimpresión, es decir, que precisamente porque ignoran el concepto, para ellos sí que realmente queda claro que se trata de una reimpresión cuando autores y editores se empeñan en hablar de nueva edición.

Anuncio publicitario

6 comentarios en “¿De verdad tercera edición?

  1. Totalmente de acuerdo contigo, Valentín. La clave está en que no se puede pedir cierto atino en el uso de los términos cuando desde el propio sector se emplean mal. Lo mismo pasa con «edición» y «publicación». Los informes del libro hablan siempre de cuántos libros se han editado cuando en realidad hacen referencia a cuántos libros se han publicado.

    Supongo que su uso se debe, además del desconocimiento de la diferencia entre términos, a que «edición» suena más guay que «reimpresión»; y somos muy de elegir lo guay antes que lo acertado. 😉

    Yo hago lo mismo que tú: dejo constancia de estas cosas en mi blog por si hay más como nosotros.

    Un abrazo.

    Le gusta a 1 persona

  2. Ambos términos quedan muy bien explicados en esta entrada, pero se manejan algunas excepciones dependiendo del tipo de editorial, sobre todo si es una plataforma digital de publicación. Yo utilizo mucho Createspace, y después de publicados he vuelto a subir los contenidos de los libros y sus cubiertas tras algunas modificaciones. Aun así, nunca me han pedido cambiar el ISBN ni empezar un libro nuevo.

    Lo que sí he notado, cuando estaban ya en Amazon (su canal principal de distribución) es que algunos sites no toleraban los cambios y tenía que hablar con CS para que mediaran. Pero nunca me pusieron trabas en cuanto al número de ediciones o reimpresiones. Eso dependía de mí y ponía en los créditos del libro si se trataba de una nueva edición.

    ¿Sabéis si el hecho de que no te exijan otro isbn es porque me lo facilitan ellos, sin tener que comprarlo?

    Un abrazo.

    Me gusta

    • Hola, David. Efectivamente la impresión bajo demanda tiene unas características especiales, entre otras cosas dado que el libro se imprime cada vez que alguien lo compra se entiende que el comprador siempre obtiene la última versión (lo que sería la última edición) por lo que no hay confusión en ese sentido, pero respecto a la obligatoriedad de asignar un nuevo ISBN o no cuando hay cambios sustanciales en el libro, en teoría, siguiendo la norma, debería aplicarse un nuevo ISBN exactamente igual, ya que la la norma del ISBN considera que la publicación bajo demanda es simplemente una forma diferente de tecnología de impresión. Por tanto, en teoría, si hay cambios sustanciales se debería aplicar un nuevo ISBN. Otra cosa es que no se haga y que Amazon no lo solicite ya que precisamente la publicación bajo demanda permite actualizar el libro continuamente, por lo que podría ser una locura que de un libro hubiera cientos de ediciones diferentes porque el autor ha ido cambiando a lo largo del tiempo, por esa razón digamos que con la autoedición hay cierta relajación con esa cuestión.

      Ten en cuenta también que en principio ni siquiera sería necesario el ISBN para una publicación bajo demanda si el libro solo se va a distribuir a través de un único canal, como sería el de Amazon, porque una de las funcionalidades principales del ISBN es poder encontrar el libro en los diferentes canales de venta. La propia norma indica que si se vende en una única plataforma no sería necesario ISBN. De hecho, el ISBN no es obligatorio en ningún caso, y puedes publicar libros para la venta sin ISBN, aunque lógicamente si lo que quieres es que el libro sea encontrado por los lectores y el libro se distribuye en librerías el tener ISBN es imprescindible (pero insisto; no obligatorio como si lo era hace años).

      Precisamente esta semana se ha publicado la traducción de la revisión de la Norma ISBN en la que se intenta ya recoger aspectos de las nuevas circunstancias que tanto el libro electrónico como la impresión baja demanda han traído al mundo del libro. Puedes encontrarlo en la página del ISBN internacional: https://www.isbn-international.org/content/isbn-users-manual

      Un saludo

      Le gusta a 1 persona

      • A lo que dice Valentín, sumo que la corrección de errores o erratas no es motivo para considerar una nueva edición de la obra. En impresión bajo demanda y, sobre todo, en Amazon o CreateSpace es habitual subir un nuevo PDF del libro con errores y erratas subsanados, pero esto no se considera una nueva edición de la obra.

        Le gusta a 1 persona

  3. Pingback: Dos maneras de autopublicar libros de papel - techleo - Solo una página más

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s