Correctores 2.0: ortotipografía digital

Congreso de Correctores: Mesa redonda sobre ortotipografía digital

Le damos la espalda al público porque Javier Bezos nos explicaba unos ejemplos. Foto del tiwtter de Unico. https://twitter.com/unico_es/status/526036708824195072


El pasado sábado 25 de octubre tuve la suerte de participar en la mesa redonda «Correctores 2.0: ortotipografía digital» dentro del III Congreso Internacional de Correctores que se celebró durante todo el fin de semana en la Casa del Lector, en Madrid. Aunque inicialmente quien debía participar en la mesa era José Antonio Cordón, un problema de última hora hizo que fuera yo quien ocupara su asiento para compartir la charla con Javier Bezos y Jorge de Buen, moderados por el presidente de la Unión de Correctores, Antonio Martín, que nos planteó las siguientes preguntas:

¿Qué ha cambiado en la edición realmente con el paso a lo digital? ¿Cómo afecta a los correctores? ¿Qué tiene que saber el corrector de este cambio, a qué se tiene que adaptar? ¿Qué tiene que seguir corrigiendo y qué no? ¿Hay nuevas normas, nuevas convenciones? ¿Se aprovechan todos los recursos disponibles? Mundos de Word, InDesign, LaTex, XML, ¿qué tiene que saber el corrector de todo esto? ¿Para qué tiene que saberlo? ¿Ha habido cambios relevantes en la ortotipografía, tanto en su estructura (disposición gráfica y acceso) como en sus convenciones: siguen sirviendo las convenciones clásicas del libro de papel en la lectura digital? ¿Hay nuevas necesidades en la lectura que necesite nuevos recursos ortotipográficos?

Abrió el turno Javier Bezos comentando que lo que ha cambiado sobre todo es que tenemos que habérnoslas con el código y que este, especialmente el HTML, no es todo lo adecuado para aspectos tipográficos. Aun así, el código permite cuidar aspectos ortotipográficos y expuso algunos ejemplos de cómo usando bien solo HTML o bien combinándolo con propiedades CSS se puede conseguir los espacios de no separación, separar signos en redonda de una cursiva anterior para evitar que se junten, etc. Los ejemplos los podéis ver en la siguiente imagen y la explicación la tenemos también en su entrada de la wikilengua dedicada a la ortotipografía para la web.

Ejemplos de Javier Bezos sobre ortotipografía digital usando HTML y CSS

Ejemplos de Javier Bezos sobre ortotipografía digital usando HTML y CSS. Foto del twitter de Stylus. https://twitter.com/mySTILUS/status/526037119039717376

Efectivamente, el código tiene recursos para cuidar aspectos tipográficos pero lo cierto es que el otro problema al que nos enfrentamos son los dispositivos que no siempre responden adecuadamente o interpretan todas esas posibilidades. De hecho -aunque no se comentó- las posibilidades de HTML5 y CSS3 -dentro de un formato ePub3 o directamente- ofrecen muchas opciones que, por desgracia, no están al alcance de muchos dispositivos, como los propios ereaders de tinta electrónica, que no soportan estas versiones más actuales de código HTML Y CSS.

Yo por mí parte comenté que hay varias cosas que han cambiado con respecto a la edición digital, una de ellas es, evidentemente, que ahora tenemos que contar con el código (principalmente HTML y CSS) pero también, desgraciadamente, con la interpretación a menudo defectuosa que hacen de él los dispositivos. Otra novedad importantísima es que el control del libro ya no lo tiene en su totalidad el editor sino el lector, pues este puede, por ejemplo, decidir el tamaño de fuente, o incluso la propia fuente tipográfica, con la que quiere leer el libro en su dispositivo. Además desaparece el concepto de «página» en el sentido tradicional pues en el libro electrónico cada lector puede tener un tamaño de página distinto (dependiendo del tamaño del dispositivo y de las elecciones con respecto a la tipografía) lo que implica que todos aquellos aspectos que tienen que ver con la configuración de la página y del texto en ella no pueden controlarse de la misma forma, por ejemplo, viudas y huérfanas, particiones, calles, etc. Aunque existen propiedades que pueden definirse en el código CSS para controlar estos aspectos, es el dispositivo quien debe gestionarlo y no podemos ya nosotros decidirlo para cada caso y en cada página con la minuciosidad que lo hacemos en papel y además algunos dispositivos no son capaces de gestionarlo correctamente.

Por su parte, Jorge de Buen indicó convincente y vehemente: «no claudico» respecto a renunciar a la absoluta corrección ortotipográfica debido a las limitaciones que puedan ofrecer el código o los dispositivos, y recordó que ya ha sucedido anteriormente que las limitaciones técnicas han obligado a buscar soluciones no convincentes, como pasó con la máquina de escribir. Insistió en que los ingenieros deben ser quienes hagan el trabajo para que sea posible cumplir con la corrección y no los editores los que tengan que «claudicar» o buscar soluciones no convincentes. El HTML («esa cosa») no le parece que tenga capacidad para crear textos exquisitos, pero tampoco cree que programas como inDesign permitan trabajar esa exquisitez que él requiere de un texto.

Su discurso despertó, además de muchas carcajadas, también aplausos y yo manifesté mi acuerdo pero insistí que la postura no debe ser la de renunciar a la posibilidad de hacer libros electrónicos al encontrarlos limitados porque, de hecho, los libros ya están ahí, y ofrecen múltiples ventajas al lector; sino que precisamente debemos ser nosotros, editores, correctores, etc. quienes nos pongamos a buscar soluciones y exigirlas casi a modo de lobby frente a los organismos o fabricantes para conseguir la mejor legibilidad de nuestros libros electrónicos, pero que en cualquier caso debemos conocer el nuevo medio, aprender lo suficiente de cómo están hechos los libros electrónicos en cuanto al código y a sus posibilidades para saber qué corregir y que n, e igualmente qué se puede hacer y que no, y así esforzarnos por conseguir una mayor legibilidad y una lectura más agradable a los lectores.

Javier Bezos estuvo de acuerdo en buscar ese lado positivo y recordó que a menudo ante una limitación tecnológica se han encontrado nuevas soluciones, y puso el ejemplo de las ligaduras cuando empezó a usarse la linotipia. Insistió igualmente en la importancia de que conozcamos el nuevo medio. También, a preguntas del moderador nos habló de Tex y LaTex como una solución de composición de libros que permite un control muy exhaustivo aunque, como recordó Jorge de Buen, su curva de aprendizaje es compleja.

Antonio Martín nos planteó si pueden surgir nuevas convenciones ortotipográficas para nuevos medios o si se habían detectado que ciertos recursos que algunos autores podían usar para dar mayor expresividad a sus obras podían llegar a convertirse en nuevas convenciones. Se citó el ejemplo del uso del color en La historía interminable así como otros recursos en otras obras.

Pero no dio tiempo a mucho más porque también surgieron temas como los programas de maquetación -Jorge de Buen llegó a decir que todo programa deja su marca y que parece que todo trabajo mal hecho estaba hecho con Quark-, o se hablo de si la terminología de la ortotipografía se ha llenado de anglicismos y si en ello gran culpa la tiene la traducción del programa inDesign. Javier Bezos apostilló que también hay galicismos, y hubo una pequeña «batalla» entre las comillas francesas (y también si realmente son o no francesas) y las inglesas, hasta el punto de que alguien entre el público pensó que debatíamos si se podía técnicamente hacer o no comillas romanas en formato digital. cuando habíamos pasado ya al terreno tradicional hacía un buen rato.

Sin duda la ortotipografía digital da por sí sola para un nuevo congreso pero creo que fue una buena idea incluir esta mesa en el congreso de correctores precisamente para poder destacar la importancia de que las ediciones digitales sean también convenientemente revisadas e insistir en la importancia de que quienes nos dedicamos al mundo del libro nos adentremos más o menos profundamente, pero desde luego sin ningún miedo, en los lenguajes informáticos, mucho más sencillos de los que algunos pueden creer, con los que se hacen las publicaciones digitales porque, querámoslo o no, vamos a tener que convivir con ellas.

En otro foro hubiéramos podido hablar de recursos de HTML y CSS como las propiedades para el control de viudas y huérfanas (propiedades CSS widows y orphans) aunque muchos dispositivos no la interpreten bien y los que sí,se limiten a dejar el hueco a final de página; propiedades como font-variant o text-transform que tampoco funcionan en los dispositivos de tinta electrónica, el uso de ­ para forzar a que una palabra se parta si es necesario solo por el lugar indicado para evitar así particiones incorrectas (por ejemplo ar­­tículo para evitar tener un «culo» a principio de línea), el uso de selectores que permiten introducir gran variedad de acciones pero que no funcionan en los ereaders; el uso de espacios de no separación, espacios finos, etc. y sobre todo el uso de imaginación y CSS para suplir algunas carencias (el uso de sangría francesa para la composición de versos, etc.). No era el lugar ni tampoco hubo tiempo para entrar en muchos detalles pero está claro que recursos hay y lo que es necesario es conocerlos y tener la voluntad y el tiempo de aplicarlos, aunque tengamos que luchar por un lado contra los dispositivos y también, como también sucede en la edición papel, con la desidia o la falta de presupuesto o tiempo. Valga de ejemplo ver que mucho de lo que le pedimos a la edición digital en tantas y tantas ediciones en papel no se cumple:

Casualidades gráficas

Calles, comas a principio de línea, huérfanas… por desgracia muy habitual también en libros en papel.

A modo de resumen, quede este pequeño listado de algunas ideas tratadas:

  • Actualmente no suele hacerse una revisión del ebook (se da por hecho que basta con la hecha para la versión papel).
  • Dependemos no solo del código, que es mucho más versátil de lo que muchos creen, sino sobre todo del software y de los dispositivos que son muy variados en sus características.
  • Gran parte del control ha pasado del editor al lector, pues el lector no recibe ya un producto fijo e inamovible sino un texto fluido al que puede aplicar su propia personalización (tamaño de fuente, elegir tipografía dentro de lo que le ofrezca el dispositivo, etc.) además de contar con las propias características del dispositivo de lectura que él ha elegido.
  • Precisamente la desaparición de un concepto fijo de página hace complicado el controlar todos los aspectos que tienen que ver con ella, como viudas y huérfanas, líneas cortas, particiones, calles, … a pesar de lo cual existen formas de hacerlo con más o menos éxito aunque siempre confiando en la «complicidad» del dispositivo.
  • Está claro, en cualquier caso, que el corrector -en realidad cualquier profesional de la edición- debe conocer el nuevo -en realidad no tan nuevo- medio para poder moverse en él, quizá no tanto para realizar cambios directamente en el código pero sí para poder detectar si se cumplen ciertos requerimientos y verificarlos.
  • Tenemos la experiencia de la web que no es tan alejada al libro electrónico, pues precisamente en los 90 sucedió algo similar en el mundo del marketing, la publicidad y las revistas, al tener que adaptar diseño, tipografía, etc. del mundo papel al mundo del diseño web.
  • Y finalmente una pregunta que se formuló y quedó en el aire y es si debemos plantearnos las convenciones ortotipográficas en su paso del papel al digital: ¿debemos idear nuevas convenciones para nuevos medios y nuevas formas?

Dejémoslo, de momento, ahí.

6 comentarios en “Correctores 2.0: ortotipografía digital

  1. Para mí sí hubiera sido interesante haber profundizado en las capacidades de HTML y CSS (al menos, en sus posibilidades teóricas, aun teniendo en cuenta las limitaciones de algunos dispositivos). Precisamente llevé los ejemplos para centrarnos en ese enfoque. Mi respuesta a la última pregunta («¿debemos idear nuevas convenciones para nuevos medios y nuevas formas?») fue un claro sí desde el principio, cuando ya planteé que habría que replantearse el uso de la cursivas a la vista de los ejemplos que ofrecía y que se ven en la foto: de hecho, los puso precisamente por eso.

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    • Efectivamente, Javier, hubiera sido interesante haber podido profundizar en ejemplos incluso aunque no entráramos mucho al nivel del código pero sí explicar situaciones concretas que sí pueden resolverse mediante el código. Y sobre todo que sí que el código permiten hacer mucho más de lo que se cree pero bien por desconocimiento, por la incompatibilidad entre dispositivos o por la falta de tiempo no se están usando. Yo también creo que hay que idear nuevas convenciones porque al fin y al cabo son eso, convenciones, que deben por tanto adaptarse a las nuevas circunstancias. En cualquier caso creo que la mayoría de los asistentes se llevó la idea de que es necesario conocer estos lenguajes porque los textos digitales son ya imprescindibles. Muchas gracias por comentar, Javier.

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