Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid


Los que creen que el libro en papel acabará desapareciendo por el empuje de las nuevas tecnologías, deberían visitar la Imprenta artesanal del Ayuntamiento de Madrid para comprender que el libro como objeto es algo más que un mero soporte. En la Imprenta artesanal de Madrid se realiza el libro con técnicas artesanas, desde la encuadernación hasta la propia impresión con tipos móviles en una imprenta de principios del pasado siglo. Con este sistema editan un libro al año, un bello libro artesano junto a un estudio, éste sí editado con técnicas modernas, y que este año corresponderá a Luis Felipe Vivanco y que pronto se podrá adquirir al precio de 18 €.

La imprenta artesanal de Madrid «tiene como misión el mantenimiento de las técnicas tradicionales de impresión y encuadernación del libro, su difusión y participación en proyectos culturales en torno a las mismas.» Quedan pocos artesanos del libro y de hecho la jubilación de muchos de estos profesionales va poco a poco arrinconando este oficio. Algunos pensarán que no tiene importancia que se pierda este saber cuando, al margen de la impresión digital o los libros electrónicos, la propia imprenta ha evolucionado lógicamente a nuevas técnicas más efectivas y sobre todo más rápidas. Pero para los amantes del libro y de la cultura en general, la imprenta tradicional no deja de trasladarnos milagrosamente al tiempo en el que su invención supuso una revolución y no spermite comprender mejor lo importante que ha sido y es el libro. Como oficio tradicional debe conservarse y en este sentido la labor del Ayuntamiento es fundamental, aunque es una pena que no se aproveche mejor el conocimiento que existe hoy día en la Imprenta Tradicional del Ayuntamiento para formar a nuevos encuadernadores e impresores y también para difundir con mayor amplitud el arte del libro, porque aunque la labor que se realiza es importante debería dársele un mayor alcance y difusión.

En la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento se puede ver además una reproducción de la imprenta de Juan de la Cuesta, el impresor de El Quijote, realizada con motivo del IV Centenario de la obra, y tambíen una linotipia, aquel sistema ya en desuso en el que se fundían directamente los tipos en plomo según los escribía el linotipista dando lugar a una línea de texto en plomo. Cuentan que algunos de los autores de novela de quiosco dictaban a menudo directamente la novela al linotipista… tales eran los tiempos de entrega de aquellas novelas y tal la maestría de los autores. También se puede ver una plancha de litografía y una pequeña imprenta Minerva junto a la Planeta de 1910 con la que se imprimen pliegos de 16 páginas.

Además de ver en vivo trabajar a encuadernadores e impresores, en la pequeña sala de exposición se pueden admirar encuadernaciones artísticas extraordinarias y una muestra de bellísimas páginas de guarda creadas por Antolín Palomino y Emilio Burgalla, dos de los maestros encuadernadores más importantes de nuestro país, y poseedores de las principales colecciones de instrumentos de encuadernación, que precisamente, en el caso de la de Antolín Palomino, hereda la imprenta municipal donde en los últimos años el encuadernador también enseñó su oficio que se mantiene vivo entre las paredes del antiguo cuartel del Conde Duque.

En definitiva la visita a la Imprenta Artesanal es un viaje en el tiempo y sobre todo una inmersión en el arte del libro que para quienes nos sentimos fuertemente unidos a la letra impresa, es desde luego un viaje apasionante y que nos muestra y demuestra por qué aunque el libro electrónico acabará entrando en nuestras vidas, no diremos nunca adiós al papel.

La Imprenta mantiene durante el año un programa de visitas de grupos a los que también se pueden sumar visitantes particulares. Se puede concertar día y hora simplemente llamando por teléfono (91 588 57 68). Merece la pena.

Más información http://www.munimadrid.es/iartesanal/

2 comentarios en “Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid

  1. Excelente recomendación, aunque ese temor -infundado- a la exterminación o genocidio del libro, creoque no debe superar las barreras de una novelada visión de la realidad. El libro -clásico-, es un soporte para transmitir conocimiento (en su más amplia acepción) y sólo serán los que deseen recibir el conocimiento en ese soporte los que determinarán -por cuestiones meramente económicas, tampoco nos engañemos- la pervivencia o del mismo (ojo, no del libro, sino del soporte).En todo caso, insisto; excelente recomendación.

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